miércoles, noviembre 29, 2006

an der elbe 33


es "la fuerza interior de su genio" /caspar david friedrich

lunes, noviembre 27, 2006

adventskalender

el próximo viernes abriré la primera ventana de mi calendario de adviento. soy un hombre de tradiciones, y en especial, me gustan las de esta época del año. cada noviembre, me preparo para comprar mi calendario antes de que el último mes inicie el curso de su propia historia. esta vez, no fue la excepción. hasta ahora está intacto, con todas sus ventanas cerradas. detrás de cada una de ellas, me espera una sorpresa. los números entre el 1 y el 24, concretizan la espera más ansiosa de estos días. no sé de dónde viene la tradición. lo que sí sé es que en europa es mucho más difundida. de hecho, existen varios tipos de calendarios. algunos traen mensajes, otros textos de la biblia, los más famosos esconden un chocolate detrás de cada día, algunos encierran sólo una imagen. el más lindo que tuve era así. lo compré en agosto del 2002, en un pueblo al sur de alemania, donde existe una gran tienda que funciona todo el año, vendiendo adornos y artículos relacionados con la navidad. esa vez, esperé varios meses para comenzar a abrirlo. este año esperaré menos, sólo tres día más para dar inicio a la cuenta regresiva. parte importante del año se va en esas puertas y ventanas. grandes acontecimientos anuncian los números que, uno a uno, traerán la llegada del día más feliz del año.

jueves, noviembre 16, 2006

el cuarto mandamiento

anoche vi una película documental, donde un profesor, anciano, le enseñaba a sus alumnos, más que adolescentes, que el cuarto mandamiento de dios era "amar y respetar a los carabineros". ¿cómo dijo? sí, respetar a los carabineros. los alumnos miraban y escuchaban. no volaba ni una mosca.
iba a levantarme de la silla para refutar lo que acababa de escuchar, pero rápidamente comencé a bucear en mi memoria. un apurado viaje en busca del cuarto mandamiento. y pensé y pensé. la conclusión fue escalofriante. no sólo no podía recordar el cuarto de los renglones de las tablas de la ley, sino que no encontré ninguno de ellos en mi cabeza. por ahí apareció la palabra "amor", por acá "la mujer del prójimo" y un poco más fresco en la memoria "honrar padre y madre". sin embargo, no los podía recitar. y si no los podía recordar, para reclamarle al profesor, menos los podría practicar. y si así era, ¿acaso me estaría condenando?
el asunto está en que dios sabe que los estudié cuando era chico y los podía recitar de memoria, de adelante para atrás y de atrás para adelante. incluso conocía el nuevo mandamiento, que era más fácil, porque era el más importante y los resumía a todos en uno y nada más. ¿cómo se habían borrado? ¿en qué momento habían decidido partir de mi cabeza? quizás, aburridos por desuso, se habían olvidado de mí mucho antes de que yo los olvidara definitivamente a ellos. no los juzgo por eso. claro está que en esos años era mucho más fácil practicarlos. pero la historia se nos va poniendo cuesta arriba y lo obvio comienza a temblar.
hoy, buscaré una vez más a ver si aparecen. sobre todo, porque lo de los carabineros no me termina de convencer. con el listado en la mano podré evaluar, quizás me lleve una sorpresa. quizás, efectivamente dios pensó en los carabineros de chile en los albores del antiguo testamento. y si fuera así, pienso que hasta ahora no sería tan terrible, porque hasta donde recuerdo -memoria frágil- jamás crucé entredicho con alguno de ellos. cosa que no me causa ningún orgullo por lo demás. eso sí, seamos claros, a estas alturas, mandamiento más mandamiento menos... sí importa! me voy a leer.

martes, noviembre 14, 2006

primer llamado de embarque


siempre dije, el día que haga mi primer cheque, lo acompañaré de un trago fuerte. estaré viejo, adulto, grande. lo estoy. lo acabo de hacer. en realidad fueron tres y el doble de intentos fallidos. no tomé nada más que agua. tres cheques para tres fechas, pero para un mismo vuelo. ha sido el primer llamado de embarque. el primer asomo de las vacaciones.

lunes, noviembre 13, 2006

chocolate

poco y nada conocemos a nuestros compañeros de trabajo. sin embargo, hace pocos días me enteré de algo que me dejó sin palabras. sentada al lado mío, en el escritorio de enfrente, ella dijo: "no me gusta el chocolate". a estas alturas, uno podría esperar cualquier cosa de esos extraños conocidos que deambulan a diario por nuestras vidas. pero esto era como para publicarlo. no lo podía creer. mi cara me delató. acostumbrada a dar explicaciones, se dio vueltas sobre la misma afirmación varias veces, como pidiendo perdón. no le gustaban los chocolates. de ningún tipo. ni en leche, ni en barra, ni en helados, blanco, amargo, con nueces o inflado. nada.
tamaña declaración me ha llevado a reflexionar profundamente sobre los chocolates de mi vida, los mejores, los inolvidables. la lista no es menor, para alguien que goza con la comida y en especial, con la que se encuentra en dulcerías, pastelerías, confiterías o heladerías. primero, los mozartkugel, de austria, perfectamente redondos y escasos. quedan pocas cosas que aún no llegan a chile y estos chocolates son una de ellas. luego, los lindt en todas sus variedades; las naranjitas confitadas de entrelagos; el cola-cao; la torta sacher, conozco a alguien que se la regalaron en una caja de madera desde su lugar de origen; los trencitos; las negritas y los submarinos. las mejores cosas de la vida tienen chocolate. hace pocos días conocí una tienda entera de chocolate. era algo así como la casa de la bruja de hansel y gretel, pero con precios en las vitrinas... precios no menores. se llama "la fete chocolat" y queda cerca de mi casa. hasta ahora he pasado sólo una vez. sin embargo, todos los días está la opción de parar, entrar y salir cargado. quizás, algún día llego a la oficina con dicho cargamento. quizás, mi compañera se anima y prueba uno. pero que sea uno no más.